Operación Yellow Storm 1971

Iniciado por GAE_Ceteu, 12 de Julio de 2022, 08:42:02 PM

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GAE_Ceteu

#15
Aeropuerto de isla Tinian

El pesadamente cargado Shenyang J-6 acelera rápidamente por la pista, impulsado por las dos turbinas Liming Wopen-6A, copias del Mig-19 y las Tumansky RD-9B. La versión china del Farmer soviético atruena y retumba, medio patina en la pista mojada por la abundante lluvia, y su piloto, el Mayor Zao Chang, empieza a temer que los 2750 mts de pista no alcancen. Sin embargo, a menos de 100 mts del final, el avión abandona el suelo.

Tranquilizado, suspira mientras sube tren, toma altura e inicia un circuito sobra la base, mientras observa como el resto de los aviones abandonan el suelo, algunos por los pelos como él. Mientras pasea la mirada sobre el horizonte, distingue los aviones que también despegan de Saipán.

-Los malditos lacayos imperialistas la van a tener complicada hoy -piensa mientras pilotea automáticamente, recordando la reunión pre-vuelo- Mientras los camaradas recuerden las indicaciones de cómo entrar y salir, tenemos buenas posibilidades de destruir la fuerza de desembarco y sobrevivir a sus cazas

La formación por fin se ordena y con un aleteo de alas, Chang pone el rumbo que indirectamente lo llevará a la zona de combate. Habrá que esquivar los densos cúmulus cargados de lluvia, pero también está previsto.

Zao Chang dando las indicaciones prevuelo y cómo combatir los cazas argentinos, delante de los aviones listos para la incursión.

                                               

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#16
Algún lugar del Mar de Filipinas, al Oeste de las Marianas del Norte

El Contralmirante baja los binoculares, luego del enésimo recorrido por el horizonte a proa. Sabe que es un gesto por demás inútil, pero por lo menos, le da algo que hacer. Hay muchos vigías escrutando desde los buques los 360º del mar que rodea al convoy, que navega en Condición EMCOM. Ninguna comunicación entra o sale del convoy, ningún radar o sonar activo delata su posición. Sólo los escoltas muy lejanos baten el mar con sus sonares, ahuyentando a cualquier submarino curioso.

Y así y todo, no está tranquilo, la falta de noticias u órdenes lo desconcierta, aunque está acostumbrado. Nunca tuvo la completa confianza del Partido, a pesar de una foja de servicios impecable durante los 25 años de servicios. Y sabe que a sus espaldas lo llaman El Emperador, con cierto grado de respeto y a la vez, desconfianza. Persona de gran inteligencia, el Contralmirante Wang Puyi, siempre ha destacado, lo que muchas veces molestó a personas de menor valía, pero mejor ubicados dentro de la jerarquía partidaria e influyentes.

Es por eso, que ni siquiera pudo planear la ruta del convoy, simplemente le fué impuesta. Y su instinto le dice que está en una posición muy mala. Lo último que supo de la Fuerza de Tareas de la ONU, es que operaban al Norte de las Marianas. Y él se encuentra navegando ligeramente al norte de Pagan, con el objetivo de reforzar la guarnición de la isla con un batallón más y dejar suministros, para continuar hacia Saipán y Tinian y desembarcar el resto de la División de Fusileros 125, veterana de los enfrentamientos en Manchuria contra los soviéticos.

Luego de una nueva recorrida, eleva una plegaria a los Dioses del Clima. Ojalá el tiempo se mantenga. Esas lluvias dispersas y nubes bajas, ayudan a enmascarar al convoy y lo hacen una presa elusiva, a pesar de su tamaño, demasiado grande. Otra cosa que hubiera cambiado, varios convoyes pequeños, mucho más dispersos. Idea que fué rechazada cuando la planteó. Pero no, preferían todos los huevos en la misma canasta, con la ilusión que así se los podrá defender mejor.

-Qué maldita tontería...

Unos minutos más tarde, pide una actualización de situación y se retira a su camarote a tomar un té.

Mientras sorbe un trago demasiado caliente que lo hace maldecir, piensa que está en esa situación porque sus superiores no confían en él, sólo por tener el mismo apellido que el último emperador de China.

                               

                               




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En algún lugar del Mar de Filipinas, al oeste de Pagan

El Mi-8 vuela raudo apenas debajo de la nubes atravesando la lluvia que de a ratos es torrencial, reduciendo la visibilidad a un par de millas.

Wang Chang Quein, el piloto, cuya autoestima está al tope desde el escape de Pagan, se sabe muy capaz de cumplir con la misión. Luego de alardear delante de todos acerca de como se había escurrido en las propias narices de los inútiles pilotos argentinos, según sus propias palabras, merced a su habilidad, un poco se había transformado en un héroe gracias a la publicidad que ello le trajo entre sus colegas y noticieros publicitarios emitidos en su país, así como también la atención de sus superiores, los que confiando en sus dotes de helicopterista, le dieron una muy difícil misión, encontrar el convoy que se dirige a Pagan y entregar el cambio de órdenes que los aleje de esa zona peligrosa por la presencia de la Fuerza de Tareas enemiga.

Según sus cálculos, en poco tiempo calcula arribar a su destino. Confiado, ordena a la tripulación que abran bien los ojos. No quiere perderse en el mar y encima, no cumplir la misión. Todos redoblan la vigilancia de un mar, que por ahora, sigue desierto.

                                     


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#18
Mar de Filipinas, al Oeste de Isla Pagan

El Contraalmirante Puyi mira esperanzadoramente al cielo, rogando que el tiempo empeore y ayude al escape de su diezmada flota. Para mayores posibilidades de evadir nuevos ataques, la ha dividido en dos formaciones, lo más separadas que se atreve a fin de no facilitar los ataques que sin dudas se renovarán.

Además, tirando por la borda todo sigilo, ha radiado a los cuatro vientos su posición, en clave, solicitando ayuda de unidades navales y cobertura de cazas. De qué sirve tratar de permanecer oculto, si ya los argentinos los tienen perfectamente localizados. Si bien no pueden decodificar, los radios simplemente actualizan su ruta y velocidad, por un tiempo. Pasado un tiempo, variará ruta y velocidad, quizás logre comprar un poco de tiempo hasta que llegue la ayuda.

El ataque aéreo fué atroz, directamente suicida en su repetición. Haciendo caso omiso a una defensa encarnizada, los Skyhawks argentinos, aún pagando un precio oneroso, lograron que una gran parte de los buques fueran hundidos, con muy pocos que quedan indemnes, a pesar que pocos aviones pudieron escapar a las defensas. La lista de bajas, aún sin ser definitiva, es sumamente elevada, difícil de digerir. También recuerda con angustia al helicóptero que se acercaba a su nave, que desapareció en una napa de fuego a ser impactado por un misil aire-aire. Seguramente traería algún mensaje de advertencia, pero a pesar de la habilidad y coraje necesario para semejante vuelo, fué demasiado tarde, demasiado inútil.

Tratando de alejar pensamientos pesimistas y dejando para después las evaluaciones del desastre, indica un cambio de rumbo a los barcos que lo acompañan mediante señales con el reflector, rumbo a una zona de chubascos. Cuánto más tiempo pueda estar oculto, más sobrevivirán sus buques.

Y sin embargo, no puede apartar de su mente las imágenes de sus barcos siendo destrozados por los Skyhawks argentinos.

                         
                         
                         
                         
                         

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#19
Al sudoeste de Isla Pagan

Era una navegación tranquila. A pesar de las advertencias que la zona no era segura debido a los enfrentamientos entre las fuerzas chinas y las de la ONU, el Capitán Joseph Hardhead, no tenía grandes preocupaciones. En su momento, sólo se avistaron varias estelas de condensación juntas con rumbo norte, claro indicio de alguna formación de aviones militares, demasiados altos como para identificarlos.

Su barco, el SS High Petrol Cube, un superpetrolero que hacía ya su décimocuarto viaje a Japón con 150 millones de galones de petróleo, vitales para la economía nipona. Nunca una novedad, la verdad es que la navegación era aburrida como ver crecer pasto o secar pintura. Su tripulación altamente entrenada, mantenía todo bajo control, sujeto a constante supervisión, como correspondía a una bomba flotante gigante.

Cuando el Tercer Oficial Firelegg le llama la atención sobre un avión aproximándose justo debajo de las nubes bajas, levanta los binoculares levemente interesado. Una oportunidad de distraerse un poco con la novedad de un avión volando bajo.

Nota que el avión blanco, pone proa al petrolero. -Seguramente, tratará de identificarnos, piensa. Al enfocar mejor los binoculares, nota que es un avión de combate y ya más interesado, que aparentemente lleva armamento externo. A los pocos segundos, ya perfectamente visible a simple vista, ve asombrado como se separan varios puntos oscuros del avión, que pasa como un relámpago sobre la cubierta por delante del puente de mando.

Sólo llega a notar que a proa del avión blanco un número se destaca antes que las bombas impacten haciendo explotar 162.000.000 de galones de petróleo en una inmensa bola de fuego que opaca al Sol, rompen los vidrios las ventanas y los consume en un segundo sin siquiera tiempo de gritar.

Sólo un último pensamiento antes de la nada: un número 26

                                     

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#20
Sede de la Organización de las Naciones Unidas, Sala del Consejo de Seguridad, Ciudad de Nueva York

Otra vez el gran cuadro del artista noruego Per Krohg preside una reunión del Consejo de Seguridad, en esta ocasión, bastante agria. El incidente del superpetrolero SS High Cube ha tocado demasiados intereses, entre ellos los de Estados Unidos, cuyas bases en Japón deberán limitar sus operaciones hasta suplir el combustible perdido en el desafortunado ataque.

Luego del discurso del embajador Bush y su retórica reprensiva hacia la Fuerza de Tareas argentina por el incidente, dice algunas medidas palabras de aliento y comprensión. Después de todo, dicha Fuerza de Tareas actúa para restaurar el antiguo status quo de un territorio administrado por... Estados Unidos.

Luego de varios discursos, todos ambivalentes entre la condena y el elogio, el embajador de la República Argentina, Carlos Ortiz de Rozas, propone una solución, que es aceptada por los países miembros, con la abstención de la Unión Soviética.

A partir de la Resolución 21C/1971, se establece una zona de exclusión de 100 millas alrrededor de las islas Rota, Saipán y Tinian, distancia tomada desde las costas de dichas islas. Todo tráfico naval de gran porte tiene prohibida la navegación en dichas aguas, salvo autorización especial que las Naciones Unidas, cuyas fuerzas inspeccionarán dichas naves antes del ingreso a las aguas afectadas por la Resolución y luego monitorearán su ruta hasta el destino declarado. Las naves de gran porte que se encuentren en aguas de las Marianas del Norte, tienen 24 hs para abandonar las mismas, so pena de ser atacadas por sospecha de tráfico militar, incluso estando en puerto. Una ruta de acceso a la isla Guam será establecida al sur. La navegación con ese destino deberá anunciarse y no salir de dicha ruta establecida.

Queda excluída de la prohibición el tráfico de cabotaje interisleño y los ferrys civiles de pasajeros. Bajo ningún concepto se atacarán dichas naves. Por otro lado, los buques hostipales siguen bajo protección de la Convención de Ginebra.

Los vuelos con destino a las tres islas sometidas a bloqueo quedan prohibidos, salvo los aviones de pasajeros afectados al tráfico civil. Todo otra aeronave civil será derribada luego de ser identificada y no responder a la solicitud de desvío a Guam. Transportes militares serán derribados sin previo aviso. Aviones de combate serán derribados sin previo aviso


Inmediatamente, la Resolución 21C/1971 empieza a recorrer los canales diplomáticos y son emitidos los radioavisos a los buques en navegación en aguas del Pacífico y los NOTAM correspondientes a las empresas de aviación que cubren dichas rutas.

Las Operaciones en torno a las Marianas del Norte, empiezan una nueva etapa.

                                     

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#21
HMAS Onslow, 25 millas al noroeste de Rota, 02.32 am

La misión del Onslow parecía un simple ejercicio hasta ahora, no pudo dejar de pensar el Capitán de Fragata James Bartley.

"Es entrar y salir, los malditos comunistas no pueden gobernar un bote de remos. Ni sabrán que estuvo allí" sonrió Bartley, recordando las palabras del Vice Almirante Victor Smith, el Jefe de Estado Mayor de la Real Armada Australiana. "Y no deben saber que estuvimos aquí" Sonrió para sus adentros. Australia no estaba incluída en el Mandato de la ONU con respecto a las acciones en Marianas del Norte, pero eran el único submarino diesel disponible en varias miles de millas de distancia, lo suficiente como para esta operación "extraoficial", con el suficiente olor a CIA como para apestar. En fin, una de esas operaciones que no aparecen en los libros de Historia, pero labran una reputación.

La tarea, acercarse sigilosamente a las playas de Lalayak, al norte de Rota, y embarcar al Administrador General de la isla, Roberto Sandalio de León. Este político local, antiguo opositor de David Mafnas y ferviente anticomunista, ya había chocado con la administración militar china. Amenazado de ser pasado por las armas, decidió desertar y llevarse con él, mapas con todas las posiciones de defensa chinas en Rota, cantidad y calidad de tropas y que tipo de armamento poseían, además de información acerca de su moral y mandos. "Alguien planea alguna travesura en Rota"

Acercarse a la playa, emerger escasos 5 minutos para embarcar a de León y sumergirse llenó de nerviosismo a Bartley. Ahora, una vez sumergidos y navegando con los diésel a profundidad de snorkel, empieza a relajarse y tomar las cosas con calma. Navegan en la zona de exclusión sumergidos, por lo que ningún radar los detectaría y la navegación enemiga fué fuertemente golpeada por los argentinos, por lo que considera que no se topará con patrullas enemigas de superficie de momento. Mientras pueda navegar sumergido con snorkel, aprovechará para mantener las baterías cargadas al máximo, para pasar a eléctricos a partir del amanecer y no delatarse con la estela del tubo del snorkel a cualquier avión de patrulla chino.

Y es ahora cuando el sonar pasivo detecta un par de motores diésel y Jones, el sonarista, avisa que el conteo de palas es muy alto. Buque militar sin dudas. Y la marcación no cambia, tiene rumbo directo al Onslow.

Bartley está atónito. Seguramente, es un buque patrulla y ha detectado sus motores diésel en forma pasiva. Maldiciendo, ordena puestos de combate, sumergirse y marcha silenciosa. Sin embargo, cuando está llegando a los 90 mts de profundidad, el casco es sacudido por impulsos de sonar activo. Y no hay duda que el patrullero chino ha conseguido un retorno, puesto que Jones anuncia caída de objetos al agua. En instantes, el Onslow es sacudido por violentas explosiones, las luces se apagan y las alarmas de inundación empiezan a sonar en todo el casco del submarino.

El informe del ingeniero es lapidario, el Onslow está en graves problemas. Los motores eléctricos han saltado de sus asientos, filtran agua las baterías y el gas de cloro empieza a filtrarse en los sectores del casco. Sin propulsión, no hay duda, se hunden.

Bartley manda soplar los tanques, cuando su segundo le recuerda que nadie debe saber que la nave es australiana, ya que nada pinta un buque australiano por allí.  Sin dudar, pide una solución de tiro sobre el patrullero, cuya posición es anunciada a los cuatro vientos por su sonar activo. Tampoco duda que no podrá escapar sin combatir, los chinos apenas rompa en superficie, los cañonearán. No hay salida, una vez que le gritan la que la solución de tiro a sido resuelta, ordena que disparen el Mark-37.

Cerca de la superficie, captan cuando el torpedo pasa de pasivo a activo. Escasos segundos después, una tremenda explosión vuelve a sacudir al Onslow, en el momento que rompe la superficie. Una vez en el puente, Bartley sólo encuentra una nube de humo que se aleja suavemente impulsada por la brisa. No hay restos, ni sobrevivientes. Esperanzado que el hundimiento sea achacado a la Fuerza de Tareas argentina, pide al navegante que trace un rumbo de salida directo de la zona de exclusión y al ingeniero que reporte la condición del Onslow una vez ventilado el casco de los gases. El último informe lo consterna.

El Onslow tiene un solo motor diésel operativo, un eje de transmisión doblado y no puede sumergirse. Tiempo estimado de las reparaciones: No menos de 36 horas con los recursos abordo.

A Bartley, no le quedan muchas opciones. Transmite un mensaje exponiendo su situación, lo más breve posible y sin identificarse. Sólo les queda rogar que sepan interpretarlo y que la ayuda llegue pronto.

"Entrar y salir..."... Claro que sí.

                               

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#22
Aeropuerto de Rota, 19.15 hs

Castor muestra una sonrisa satisfecha mientras me describe las bondades del Learjet 25 que se apoderó sin ningún empacho al descubrirlo en uno de los hangares civiles. La pintura es un poco pobre, pero tiene las anclas y la leyenda Armada, que define claramente su pertenencia. Pero, curiosamente, no posee una matrícula.

Hay revuelo entre los civiles presentes. El primer pasajero que Castor trajo a Rota, no es más que el antiguo administrador zonal, De León, luego de su aventura en submarino. Viene a restaurar la antigua Administración y ocuparse de los problemas civiles, a los cuales, realmente no podemos prestar gran atención mientras dure la campaña.

En un rincón de la plataforma de dispersión, están los 4 Hércules y cerca de ellos, clasificando material de guerra, se encuentran los paracaidistas que vinieron con ellos. Dentro de ese grupo, se destaca por presencia y gestos, el Coronel Oliverio von Gustav, comandante del Regimiento. Lo conozco personalmente y se de su manía por la preparación al detalle. Y por lo visto, alguna acción se está cocinando.

Se nos une Tucán, otro que tiene una sonrisa de oreja a oreja.

-Vieron la media docenita de F-5 que están en el último hangar? parecen bastante intactos...

Con Castor nos miramos extrañados. Hemos curioseado en todo el aeropuerto y no vimos ningún F-5... Ni nada asociado a ellos.

-De qué Diablos hablás? Acá no creo que haya ni un tornillo de F-5

Tucán nos brinda la sonrisa de satisfacción del que sabe algo que los demás no...

-Es que los van a poder ver de noche, de día no se ven. Esperen hasta las 22.00 hs. y vayan al último hangar.

Mientras lo miramos un tanto incrédulos, no podemos saber que en Guam, han descargado algunos pertrechos destinados a Vietnam del Sur para darles otra utilidad...

En Guam preparan unos aviones para su traslado a Rota

                               


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#23
ARA 6 de Octubre, Mar Arábigo, al norte de Isla Socotra, con rumbo al Golfo de Adén, 08/01/1972

Creo que los norteamericanos no nos soportan más y esperan con desesperación sus nuevos destinos en la Sexta Flota y que sus relevos argentinos se hagan cargo de nosotros. Sólo el Capitán, Wayne Lee, nos salva que nos encierren o nos arrojen por la borda en un "descuido". La fiesta de reencuentro, se nos está escapando un poquito de control.

Y es que apenas terminadas las Operaciones en Marianas, la Fuerza de Tareas partió inmediatamente de la zona de operaciones, por la sospecha del arribo de varios submarinos chinos, que si bien no podrían cambiar ningún resultado, podían provocar alguna pérdida importante de manera innecesaria.

Sin embargo, esto dejó a varios pilotos fuera del barco antes de su partida. Y los norteamericanos, generosos, y sabiendo que la FT tenía Fremantle como primer destino, nos dieron pasajes a diferentes destinos para unas breves vacaciones. Pero eventualmente, sea en Fremantle, o en tránsito al pasar por Singapur, Tailandia y por último desde Calcuta, todo el Grupo Aéreo se encuentra reunido, salvo Baco, que se encuentra en Adén. Fué víctima de una broma pesada de los norteamericanos. Le dijeron que lo mandaban a una playa tropical y lo subieron a un avión con destino a Subic Bay. Y a las pocas horas de estar allí, se esparció el rumor de la presencia de un piloto argentino intensamente buscado por la PM filipina. Hasta que un avión lo sacó vía Vietnam con transbordo a un avión inglés de transporte, vivió encerrado. Y ahora aguarda en Adén el paso del portaaviones, un lugar que tampoco es muy tranquilo que se diga ni brinda grandes diversiones.

En medio de los brindis sumamente reiterados, un improvisado picado en el comedor que nadie sabe como terminó, salvo que con algunos magullados, una danza en paños menores de Alma y Castor, unos chistes de Ceteu que nadie entiende, Sepe y Monty tratando de explicar a una concurrencia alcoholizada ciertos adelantos técnicos que ni sobrios entenderían la mayoría, Balker que habla del legendario piloto que volaba sin ver, un Charru tranquilo, que habla de su cumpleaños y lo tacaños que somos, ya que encima que no le regalamos nada, le ponemos tragos en su cuenta, mientras Pepper tiene un par de botellas de JW Black delante y se le nota feliz, es que empiezan las anécdotas y momentos que nos permiten cerrar la historia de la Operacción Yellow Storm.

En Fremantle, el capitán del Onlow, Bartley, preguntó por su evacuado, De León. Se le pudo contar que es el nuevo Administrador General de las islas, en lugar del fallecido David Mafnas, oportunamente muerto en extrañas circunstancias. Y es que murió cuando su auto fué alcanzado por una única bomba arrojada desde un solitario Skyhawk en los últimos minutos de la campaña. Lo que lo hace más irónico, es que seguro él no era el destinatario, lo que nos lleva a la muerte del último Comandante conocido de la fuerzas chinas, el Coronel Luang Wang. Según su ayudante recién culminaba una reunión en el HQ con Mafnas donde este desesperado le pedía evacuación, cosa imposible para cualquiera. Mientras en la puerta del edificio que albergaba el HQ veían como el auto de Mafnas desaparecía detrás de la pequeña colina al norte, un Skyhawk cruza raudo el cielo y suelta una bomba. Wang, agotado por días enteros de alertas continuas y malas noticias, una terrible disentería por comer mariscos en mal estado, sumado a la angustia de un negro destino al regresar a la patria, cae fulminado de una apoplejía, sin llegar a notar que la bomba erra el edificio y cae detrás de la pequeña colina al norte, donde luego de la explosión, sale una columna de humo negro y grasoso, señal que se quema combustible de algún vehículo, con seguridad el de Mafnas, que no puede escapar a su destino.

Una vez conocido la muerte de ambos, las fuerzas chinas, sin directivas que obedecer y una moral totalmente destrozada, ya sin misiles ni apoyo aéreo, con pleno conocimento que no recibirían suministros ni apoyo de ninguna clase, cesaron toda resistencia gradualmente. En los sectores que aún resistían, por canal abierto los oficiales chinos rendidos, los instaban a abandonar la lucha de inmediato, siendo obedecidos.

Los infantes de marina, luego de reunir a los prisioneros chinos, desarmarlos y encerrarlos, esperaron tranquilo su relevo por fuerzas norteamericanas, una vez que De León solicitara su ingreso, con lo que se da por finalizado el mandato otorgado por la Resolucion 21B/1971 del Consejo de Seguridad. Luego, fueron embarcados en sus tranportes y partieron sin más de las Marianas, por suerte, con sólo algunos heridos, pero con mucho material de trofeo, entre ellos radares y algunos misiles.

Entra un ayudante y Balker trata de leernos un comunicado de la ONU que este le entrega, donde se congratula a la FT argentina por su desempeño. Es inútil, nadie escucha y el partido se reanuda con aún más saña si se quiere, ya que Pepper abandona su postura cuasi pacífica y a los gritos como un moderno vikingo, tranforma el picado de futbol en uno de Rugby Seven, para algarabía de los espectadores....

GAE_Ceteu

Felicitaciones a todos lo que volaron Operación Yellow Storm.

                                     Killboard de Operación Yellow Storm 1971