Acto por el 29º aniversario del derribo del TC-63

[GAE_Castor]

De un amigo que escribe en su blog: http://historiasdeaviones.blogspot.com/2011/06/acto-por-el-29-aniversario-del-derribo.html

Un 01 de junio de 1982 se recibía en la base que la Fuerza Aérea mantenía en Comodoro Rivadavia, lo que la fría registración conoce como Orden Fragmentaria Nro. 2258.
Dicha comunicación ordenaba que un C-130H (En este caso el TC-63) debería decolar a las 06,30 horas de Comodoro con el indicativo TIZA, en misión de patrullaje al NO de la islas Malvinas en busca de objetivos navales, que pese la situación reinante en el territorio insular, se estimaban mas redituables (zona de patrullaje 50º 00` sur - 59º 39` Oeste).

Habiendo decolado a la hora prevista, debió retornar a la base por cuestiones técnicas, pero una revisión y reparación rápida por parte del Grupo Técnico puso a la nave y a su abnegada tripulación en vuelo a las 08:53.

Llegado al "punto L" de su recorrido (el más alejado) puso nivel de vuelo 10.000 e inicio barridos con el radar en procura de localizar los blancos como le había sido ordenado.

A las 10,35 se produjo enlace radioeléctrico con Puerto Argentino para informar que el IFF (identificador amigo-enemigo) se encendió por 10 minutos, luego 6, luego 7, para luego emitir un ultimo y desgarrador "estamos en emergencia".

Lo que había sucedido es que la fragata Minerva había tomado al Hércules en su radar y despachaba una sección de Sea Harriers FRS. 1 basados en el Portaaviones "Invincible", que estaban al límite de su radio de acción. Por dicho motivo el "Commander" Nigel "Sharkey" Ward ordenó a su numeral -Steve Thomas- permanecer junto a él, al tiempo que solicitaba a los buques Fearless e Intrepid despejar sus cubiertas por si le hacían falta (N. Del A.: recordemos que el 30 de mayo se había producido por parte de nuestra Armada Argentina (SUE) y Fuerza Aerea Argentina (A-4C) el ataque al portaaviones mencionado).

Interceptado el avión argentino Ward consigue un enganche muy al limite, disparando un AIM-9L Sidewinder que se perdió en el mar. El segundo disparo hizo impacto entre los motores 3 y 4 comenzando un incendio que sin embargo no derribó el avión, que fue ultimado con la descarga completa de los 2 cañones Aden de 30 mm.

El TIZA inicio un ligero espiral impactando con un ala el agua y desintegrándose.

Comenzó así el capitulo quizá mas doloroso de nuestra gesta (junto con el hundimiento del Crucero ARA Gral. Belgrano), esto es el ataque de un caza sobre un pesado e indefenso transporte.

Hoy, a 29 años de ese suceso tuvimos el privilegio de asistir a otro hecho histórico: el ya retirado Nigel Ward envió una ofrenda floral de reconocimiento a la valentía y expresión de pésame, rendida nada menos que de las manos del hijo del Capitán (Mayor post-mortem) Ruben Martel.

En una larga y emocionante entrevista radial previa, el hijo de nuestro valiente caído no fue menos que su padre y enfrento con hidalguía y coraje una entrevista que había esperado toda su vida con Nigel Ward, en la que quedó establecida una suerte de relación entre ambos.

No hablaremos aquí de reconciliación, ni del enjambre de elucubraciones que se hicieron respecto de este acto de guerra y de la actitud y laya de su perpetrador. Si expresaremos nuestra admiración para quienes han pasado por la consecuencia mas trágica de la guerra, la perdida de un ser querido, y que buscando su camino marcan el rumbo a sus superiores, a sus pares y a todos nosotros.

Este evento único e histórico -el de la ofrenda- se desarrollo hoy 01 de junio de 2011 en el monumento a los siete mártires caídos del Escuadrón C-130 durante la guerra, erigido en el ingreso a la histórica base de El Palomar.

Agradezco a la familia Martel, en especial a Ezequiel Martel, por invitarme y por considerarme digno de su amistad.

Capitán Rubén Martel, Capitán Carlos Krause, Vicecomodoro Hugo Meisner, Cabo Principal Miguel Cardone, Cabo Principal Carlos Cantezano, Suboficial Principal Julio Lastra, Suboficial Ayudante Manuel Albelos

Cayeron en el campo del honor pero viven mas que nunca en nuestros corazones agradecidos